¿POR QUÉ LOS PERROS HUELEN NUESTRAS ZONAS ÍNTIMAS?

Si eres dueña de un perro, ya sabrás que su principal forma de comunicarse y recabar información del entorno es mediante el sentido del olfato. Y es que, a diferencia de los humanos, los perros cuentan con 200-300 millones de receptores olfativos. Para ellos, olerse el trasero unos a otros es de lo más normal, es su modo de saludarse. Con este simple gesto pueden conocer el sexo, la edad y otros datos relevantes del can en cuestión, como su alimentación o su estado emocional. ¡Todo se resume a la química!

OS PERROS HUELEN LA REGLA Y EL EMBARAZO

Pero, entonces, ¿por qué huelen nuestras partes íntimas? La respuesta se encuentra en las glándulas apocrinas sudoríparas, presentes en ingles y axilas. Las feromonas secretadas por estas glándulas son una fuente de información muy valiosa para los perros. De este modo saben cómo nos encontramos, qué hemos comido, si estamos embarazadas, lactando, menstruando, ovulando, si hemos tenido relaciones sexuales recientemente… aunque suena extraño, para los perros, oler nuestras zonas íntimas es un modo de comunicación (muy curioso, eso sí).

Te sorprenderá: ¿sabías que hay muchas mujeres que confiesan que, durante las primeras semanas de embarazo (antes de saber que estaban encinta), sus perros comenzaron a olerles con más frecuencia, la entrepierna? Sin duda, ¡son auténticos predictores de embarazo con patas!

¿QUÉ HACER SI MI PERRO HUELE MIS PARTES ÍNTIMAS?

¡Nada! En ningún caso se te ocurra regañarlo, pues es lo mismo que si le estuvieras riñendo por comunicarse. Cuando tu perro huela tus zonas íntimas, tómalo como lo que es, algo natural y un gesto de cariño e interés hacia ti. Otra cosa es que tu perro tenga la costumbre de olisquear la entrepierna de otras personas, por ejemplo, cuando lo sacas de paseo.

Ante esa situación, puedes pasearlo con correa, y en caso de que surja un acercamiento natural, vigilar que sea de forma calmada, sin abalanzarse sobre el individuo. Se trata de adiestrarlo poco a poco para que aprenda a respetar el espacio personal de los desconocidos, pero nunca castigándolo. Recuerda que no queremos que asocie ese comportamiento natural con algo negativo, ya que estarías impidiéndole actuar según sus instintos.

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